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¿HAY CAIMANES EN LAS CLOACAS DE NUEVA YORK?

Posted on 25 julio, 201914 mayo, 2020

¿Qué hay de realidad en el mito de los caimanes en las cloacas de Nueva York?

De pequeño mis padres me lo decían: “los compran cuando son pequeños y cuando crecen los tiran por el wáter y por eso las alcantarillas de Nueva York están llenas de caimanes albinos y ciegos”. Y yo solo pensaba en una cosa, de hecho en dos. La primera era que qué tipo de wáteres tenían en Estados Unidos en los que se podía tirar, sin atascarlos, un caimán crecidito. La segunda es que, si podían irse por el retrete, también podían volver a entrar, y me imaginaba mandíbulas saliendo de las tazas cuando los americanos se sentaban a hacer sus necesidades.

Caimanes pequeños en acuario
Caimanes pequeños en acuario

Han pasado los años, y las veces que he ido a EUA he mirado con recelo ese agujero de porcelana, así que hoy he querido descubrir la realidad que se esconde detrás del mito.

BASADO EN HECHOS REALES

Era la época de Expediente X y todos sabíamos que las investigaciones de Mulder y Scully estaban basadas en hechos reales. Pero alguien me explicó que el hecho real era que un niño se compraba chupa-chups; en la serie se contaba que el niño también se lo comía. Dicho esto, ¿qué hay de real en el supuesto mito de los caimanes en las alcantarillas de Nueva York?

HECHOS DOCUMENTADOS

Hay dos hechos documentados que atestiguan la existencia, por lo menos estacional, de caimanes en el subsuelo neoyorquino, y los dos se remontan a la década de 1930. El primero es el libro que publicó Lippincott en 1959 titulado El mundo bajo la ciudad, donde se cuenta los pormenores de los distintos problemas que se encontraron a la hora de desarrollar todo el universo subterráneo que hay en la isla de Manhattan. Su autor, Robert Daley, entrevistó a Teddy May, quien fue Comisionado de Alcantarillas en la ciudad de Nueva York durante 30 años. May le contó que en la primera mitad de los años 30, muchos alcantarilleros decían ver caimanes en los túneles, pero nadie les hacía caso.

Dibujo de un caimán en las alcantarillas

El Comisionado decidió poner hombres de su confianza a controlar, pero solo descubrió que, más que reptiles, lo que se escondía las alcantarillas eran botellas de wiski con las que los operarios hacían más llevadera la jornada laboral. Aun así, y en vista que las quejas seguían, May decidió bajar él mismo a los túneles y, según contaba, a la luz de la linterna vio varios ojos brillantes en túneles secundarios que pertenecían a aligátores de unos 60 centímetros. Escandalizado, y sin mucho amor por los animales, decidió exterminarlos con veneno e, incluso, contratando a cazadores para que les dieran muerte con armas de fuego. En 1937 se anunció que los caimanes habían sido aniquilados.

El segundo hecho es una noticia de la que se hizo eco el New York Times el 10 de febrero de 1935, en la que se contaba que unos niños del barrio de Harlem extrajeron un cocodrilo de casi 2,5 metros de una alcantarilla y le habían dado muerte con las palas que estaban utilizando para quitar la nieve acumulada en las calles de ese frío invierno.

Estatua de un caiman saliendo de la alcantarilla

Desde entonces no se han documentado más avistamientos comprobados.

CAUSAS DOCUMENTADAS

A finales de los años 20 y a principios de los 30, se puso de moda regalar a los niños crías de caimán de Florida. Quizá de aquí salió eso de que no se deben regalar animales, porque es una responsabilidad y después crecen y se abandonan… Porque eso es exactamente lo que hacían los padres de esos niños que al principio cuidaban del reptil en pequeños terrarios pero que cuando ya no cabían los tiraban a la alcantarilla. Esta es la explicación más plausible de los aligátores de 60 centímetros encontrados por May. No los tiraban por el retrete porque ya no cabían.

En lo que respecta al cocodrilo de Harlem, se cree que se escapó (o fue tirado por la borda) de algún barco mercante que navegaba por el río Hudson y llegó hasta la alcantarilla dónde lo encontraron los jóvenes de las palas asesinas.

BIOLÓGICAMENTE IMPOSIBLE

Los caimanes, igual que los cocodrilos y el resto de reptiles, son animales de sangre fría que necesitan de la luz solar para calentar sus cuerpos. Si no la tienen, entran en un letargo que acaba en la muerte. También necesitan del sol para sintetizar la vitamina D3 que les permite absorber el calcio, indispensable para la supervivencia. Por estos motivos es biológicamente imposible que los caimanes puedan prosperar en una ciudad tan fría como Nueva York y menos en las cloacas donde no reciben luz solar.

También es cierto que la realidad, al transformar-se en mito, ha hecho que los caimanes ahora sean albinos y ciegos, es decir, adaptados perfectamente a las condiciones donde supuestamente viven.

Estatua de caimán albino

¿Qué opinas? ¿Hay caimanes en las alcantarillas de Nueva York o es solo otro supuesto mito como el Bigfood, Nessie o el simio gigante del Congo? Nada es cierto hasta que se demuestra, pero ¿se puede probar que algo no existe?

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